martes, enero 23, 2007

Muerte natural.


...

Aprendí a tergiversar cuando dejaron de conmoverme los personajes de Lynch, pues eran cadáveres tan vivos y llenos de imperfección que, al romperse el himen de la inocencia social, he visto humanos tan muertos y llenos de vísceras en topless que descubrir el fiasco del cielo prometido me provoco una discreta pero profunda herida en el iris teniendo, desde entonces, que cargar con esta gotera de papel . He guardado a rajatabla las vivencias que sentí cuando huía a la azotea a mirar la gente que paseaba sus mascotas, los autos del Cobain lagunero y los vergonzosos atuendos ochenteros. Me queda claro que antes –terminar- era correr, hacer apuntes, gritar, caer exhausto de –ser-.

No hoy. Sin más. Como si terminar fuera siempre como eyacular.


ed-

martes, enero 09, 2007

La vocecilla de tus manos turísticas .

Tenia que trazar la ultima línea de mil kilómetros, dos estaciones, una banda y 23 horas para pensar en hacerla grisácea o negra y esmaltada. Nunca había sospechado que tendría que criar a las venas y su hervidero endemoniado, debí haber perdido tanto tiempo en las comisarías y en las millas del muro que he construido en honor al sueño del ermitaño falaz. Solo fui eficaz en las relaciones cuando de faltarles el respeto se trataba: levantándole la mirada a la dependencia reciproca de la visión embrutecida.


Aunque parecía que pastaba a las afueras de donde las masas intercambian fluidos corporales, veía, en realidad, los pasos asiduos de una noche meteórica y vaporosa como temascal que deshace los nudos de la espalda para así exhumar las minas que faltan por detonar hacia los adentros. Copular a tu lado es lo más poético que nunca haya hecho desde que tomé los rumbos de botellas a medias, de islas con artillería pesada y éxodos de índole instintiva. Siempre algo se manifiesta en mi pequeñez cuando roes el vendaval de mi brújula perdida…


La vocecilla de tus manos turísticas redime los lamentos
de cada extremidad que, de mi, quiere marcharse..




ED-