jueves, octubre 05, 2006

...Añeja cruz
de infladas dificultades que sigue
sosteniéndome el librito que lleva a la humedad,
y a devenir glorias míticas de apocalípticos desenlaces o
de amaneceres circunstanciales y, en exceso, explícitos.


Los aparto
pero soy ya un traslúcido ojeroso,
que tuerce la boca cuando es abordado
o desbordado por lo que no sabe replicar.
Como el beso, como la mano en la mejilla.
.
.
Vencer al abismo, me parece tan sensacionalista,.


Todos somos unos farsantes: sobrevivimos a los problemas.
Cioran.