Necesitamos ciertas poses y escuchar a la conciencia para amoldar la mayoría de los abrazos que damos a personas que, inevitablemente, no conoceremos mas allá de su olor o de su acne. Evitamos nuestra soberanía medular para poder desprendernos de reputaciones o del cliché existencial de nuestra preferencia. Soy don nadie porque don alguien acata reuniones de las cuales carezco vocablos y maneras para poder asistirles y tratar de importunarles no esta en los planes de los jefes universales de las reglas a seguir.
Tengo aliento para subsistir en mi interior, no pretendo ser un oasis para todos los que asisten a mi vida, no quisiera que ellos piensen que soy dueño de este disfraz, ni de cielos ni de infiernos, de nada absolutamente corrompible. Me tengo a mi mismo para sabotear el conteo de mis fracasos aunque el meñique siempre me delate con su pobre pulso, me recuerda a mi, titubeando, sospechando del siguiente paso.
Cambiare el carbón y los fósforos
por piel y tinteros, arderé igual,
arderé igual.
Me-
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