lunes, mayo 05, 2008

Vertical IIII

...
cuando ya no quepo dentro de mi
en la palma de mi mano renacen nuevas excusas para continuar
viviendo en hoteles sin alberca ni loby
toqueteándole el alma a quien la necesite mojar.



Esta sensación de escapatoria, pienso, la heredé desde que huía detrás del sofá cuando arribaba el ojiverde del perfume etílico, de la barba rasposa y deprimida. Yo respeté bastante al miedo, al temorsillo de sentir el juicio de algo, al menos, en carácter mas fuerte que yo. Después descubrí su rostro dependiente, demacrado y poco convencido. Yo no respeto a la duda. Entonces deje de comunicarme con mi Padre, Madre y medio mundo mas. Y yo, que soy el mas indeciso del pueblo, me abandoné, me rescató el lazo persuasivo del succesful living. Lo saboteo, me escapo del santuario por las noches, me fumo un cigarrillo, desato las agujetas, digo Te Amo a quien lo necesite. He tenido sueños en los que caigo con un vértigo que me revienta el pecho, estoy seguro que así es como moriré allá por los cincuentayocho.

Mi madre me pide reformas internas, lineas sin bandazos, puntos y aparte. Me considero inútil para tales órdenes, le digo, mientras le tomo la mejilla derecha y le planto un beso en la otra. Y es que este encantamiento por coleccionar impulsos me susurra que la emoción sentencia el camino a seguir. Algún día llegue a pensar que sabia lo que quería, un perro, el bunker musical, la terraza del olvido. ¿Camino? ¿Ruta?. Si. Como esos empedrados amarillos hacia el Reino mágico de Oz. Circulares. Paralelos. Truncados. Es igual, solo es semántica.











E_D