lunes, noviembre 17, 2008

Street Spirit.







Pondré atención al sentido de las calles, a las señales restrictivas y en vez de perderme divagando, sintonizare una estación, o dos.

Estas distracciones me atormentan. Separado de tu imagen te nombro, y me sigo alejando. Estarás mejor, estarás mejor. Las palabras también se exorcizan y tiemblan de miedo por saber la interpretación de su nuevo interlocutor que talvez les confunda siempre con sexo oral. O marital. Siempre recordare la ultima imagen en tu mesa, recogiendo los platos de la cena mientras te besaba la frente y tus ojos decían –no puedo devolverte tanto amor- pero tu no sabias que yo sabia. Y nuestro cuerpo se acomodo para despedirnos, no sé si para olvidarnos. O si.

Desvincule inmediato los puentes, antes siempre dejaba una soga a escondidillas para brincarme el vacío y llegar en dos segundos a la cuerda malabarista que te gustaba ponerme. Ya no habrá estrés, no te preocupes mas de los saltos mortales ni de los obsequios increíbles. Hoy utilizo protector bucal y rodilleras por si nos topamos en alguna pieza del rompecabezas. En la cima quizás, o en el fuego mejor. Tengo tanto por desempacar que voy de a poco recordando quien eran mis demonios, están tan enfermos que les daré un poco de bola, uno o dos problemitas y veremos si prende la mecha para el bosque completo.

Caminare sin mi astucia de lector de periódicos para trastabillar y buscar nuevos donadores de sangre, nuevas mezcolanzas que desagraden a los de las verdades absolutas. La mejor compañía será la incomunicación. Basta de llaves y claves para entrar, vamos hacerlo a la vieja ultranza y forniquemos por necesidad biológica. Dejare las interpretaciones de las líneas para cuando los años me pinten canas azules y ojeras verdes. Me olvidare un momento de los detalles, del contraste, de los absolutos o de los lunares. Te intercambio mi erección por tu silencio al final del monologo.

Para algo a de servir este dolor que siento. Lo siento.
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ed