martes, enero 10, 2006


... Verborreas intelectuales acaudalan de esta felpa barata donde yacen coronas con membretes que, de éxitos espontáneos y casi pasajeros, me lleno de vez en cuando.

Disolviendome en las mismas tardes borgescas de finales de luces prendidas en el permanente desasociego del cual soy autor casi por vocacion infame, absolviendome de culpas alcoholizadas de atardeceres muy azules ..... muy impregnados de tus siluetas.

Reduzco el margen de la impertinencia a lo mìnimo, donde el borde acordado son solamente el ancho de tus dedos en el recorrido en el que luego nos perdemos.

La casa de 13 escalones y acabados medio acabados , de libros que no devolvì , cartas de letras que ya no entiendo en los suburbios del pedazo de memoria donde me revolcaba con el brillo que desprendo al mirarte, y tambièn la voz que todavìa me despierta con el jack daniels entre las patas.

Todo eso y lo que se llena en los surcos de las arrugas impertinentes es lo que se me acumula en esta montaña de polvo en la que me transformo dìa con noche, con todo y los -quizas- que no finiquitè...


Y entonces tengo que irme.