miércoles, mayo 09, 2007

The Width of a Circle.

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Lo que llaman gloria, me hace especular en mis razones más definidas para no probar las mieles del fuego en la espalda fría de mi lecho marginal. Históricamente en este diminuto desliz, donde se propaga lo indivisible de lo que no muestro, para sentir que algo, al menos, me pertenece, aunque por las mañanas tampoco tenga ya en la mente los sueños que había planeado en la noche previa a este asalto matutino de histeria hormonal, siento que puedo tomar la decisión de saltar de esta autopista que cruzo a miles de millas por hora, la ventana estará abierta solo un minuto, solo sesenta segundos para no mirar atrás, si no, verle directo a los ojos a ese jaguar que me espera en la salida.


Muero de sed, de la sed que parte los labios en tres o en cuatro, de la sed rabiosa que desgasta la garganta en el filo de esos gritos cuyo sonido es como el arpa que desafina en la orquesta perfecta de la seguridad, la del violín endemoniado por finiquitar el dramático manejo del orquestador que no sabe cuando iniciar el descenso al silencio que le agobia cuando le susurra tunoereslibre-. Mi disfraz más eficaz no engañara este miedo de tener miedo a la mitad del río en el que no se escucharan mas que los latidos recurrentes de mi agitada ansia por nosentirsiempreestasedoxidada- .

Entonces fantaseo siempre con el túnel donde pueda perder las letras de mi nombre y salir con un trozo de tiza carbonífera que me permita escoger las líneas de mis manos y la fecha donde tú puedas venir a salvarme de este permanente berrinche existencial del que no resguardo mas que ese aliento agitado al regresar de gritar frente al faro de Cardiel…

“Y a pesar de todo, aunque me paralice,

y me invada el dolor,

o mil veces resbale en los mismos lodos,

sé que al final me alzaré y la ocasión será

para brindar con los buenos amigos._”

N.V.



E__D