jueves, julio 17, 2008

¿What are you talking about?


...

Julia: ¿A qué hora paso?
Dyego: ¿de donde vienes ahora?
Julia: ¿Porqué?
Dyego: Tu siempre vienes de algún lugar...
Julia: Que sea a las diez treinta.
Dyego: Ok


(viajamos sin paracaídas)


Siempre los caminos nos quedan muy cortos al transformarlos en tiempo para charlar, esta vez fuimos al sur, a caminar con Maximiliano y Sam a este parque sin rejas ni cuotas. Yo no sabía que acamparíamos pero lo descubrí al guardar mi hielera en el auto de Julia. Siempre le robo su improvisación, pero ella no lo sabe. Todos deberíamos tener cerca ese lugar donde sintamos que nada se romperá si corremos y caemos, que tengamos la sensación de -yo ya he estado aquí- pero en realidad es que así es como uno imagina su libertad. Yo solo necesito un río silencioso, un árbol viejo y cebada fermentada.


El pasto, que era de coloraciones irregulares, nos mareaba mas que las historietas que ambos actuábamos para darle el tono dramático del momento que ya se había extinto con los borrones que le damos a lo que no nos conviene retener. Decidimos seguir borrando memorias obscenas, nadamos con la ropa encima, los perros nos conminaban a salir, a comportarnos y a seguir el camino de la sobriedad. ¿Que saben ellos de la insensatez de nuestra especie? Todo. O la parte menos poética tal vez. Les comparto de mi néctar de Guayaba pues me han prohibido el alcohol y he sentido un escalofrió en mi cuarteado libertinaje...


se hace de noche, se terminan las palabras, se acortan los significados, los parpados ceden y las pupilas quieren seguir contemplando el silencioso danzar de las libélulas. Los cachorros nos cuidan, el río se amansa, la luna se esfuma, se abre el paracaídas dentro de la carpa , el frío me corrompe, un diminuto aparato telefónico me despierta, lo lamento, me incorporo y el espejo me susurra:


“si, este lugar es aterrador”



me-