Es intrigante el querer saber cada una de las batallas de la guerra que refleja en las arrugas de su rostro , pensar que todo se lo llevó en ese ultimo suspiro. Supe que se fue enamorada del divino Mozart , su único y vital acompañante de las lunas menguantes que la acaloraban en las noches de velas y dibujos apócrifos para el entendimiento de nosotros –los demás- . Desde que mi padre murió en aquel viaje ella cerro cada puerta y cada signo de interrogación fue extirpado de su entendimiento.
Ella no muriò de una enfermedad terminal o de embates al corazón como lo acreditan los médicos, seguramente sucedió alguna hemorragia de ideas , algún colapso de impotencia al no saberse entendida o de no entender el circulo que le toco vivir . Su mismo cuerpo le marco la hora , sin avisar y sin alcanzar a parpadear, tan solo dejó de respirar el humo oxigenado que se nos da para subsistir.
Me pregunto
¿que es lo que le habrá faltado decir?
¿de quien quisiera el apretón de manos?
¿por qué me pregunto estas obviedades hasta ahora?
¿resucitará en forma de gato incuestionable , de tormenta tempestuosa o será la silueta de esas -conciencias intranquilas- ?
Las dos lagrimas heladas que derrame no fueron por falsa compasión ni por la protocolaria cursilería hacia la muerte inminente , fueron en realidad producto del sometimiento que causa la aceptación de saber soy igual que ella y que , muy probablemente , muera bajo los mismos gestos y el mismo odio hacia el mundo que se deja...
Suena tan sensacionalista mi comparación que me doy asco al querer cotejar mi vida tropezada por indecisiones y hojas en blanco.
Siento tanta estupidez brotándome al querer pedirle un abrazo fuerte que me quema la ineptitud de mi salado llanto.
Fragmento tomado de "SIN TITULO" , autor E.D©
G. Stunf fotografia
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