Julia/Quedadas

...


Me invento fantasmas de frases geniales a falta de una vida verdadera, ensayo el elixir de la autenticidad, aun cuando nunca allá hecho nada fuera de mi diámetro de seguridad, sigo escribiéndome miles de coartadas de bonitos olores a mi poco talento para demostrar alguna virtud que llene mi pecho de esa emoción que le envidio tanto a los osados, a los imprudentes.

Comienzo el relato aunque sepa ya el final, voy de –puntitas- para no pisar las muchas contradicciones que he tejido cada vez que rebobino la película donde la protagonista es dramáticamente salvada por ese intelectual de amplio criterio.
Las respuestas que regresan son del remitente de mis ecos, dicen que mis nervios toman como aceptable e inalterable a esta pose vana que dos o tres me aplauden.

Estas impertinentes confesiones me hacen derramar llanto con algún tipo de estremecimiento, ¿Cómo saber si este auto sabotaje puede, al menos, llevarme a morir con algo de vida entre las manos?